El portón de Sanchez alberga este espectáculo por estos días.
Un espectáculo organizado, pulcro y con un gran despliegue actoral.
El director que rige el espectáculo se adjudicó el premio "Trinidad Guevara" a Mejor Dirección por esta pieza. Y es valedero.
También ha ganado este espectáculo "Mejor Banda de Sonido" y "Diseño de Iluminación".
Empecemos con el sonido. Es gratamente recibido el presenciar espectáculo donde el diseño sonoro es pensado, evaluado y diseñado para un espacio particular. El sonido cuadrafónico de la sala sin duda deleita los oídos con la banda sonora durante el transcurso de toda la pieza. En especial la banda que posee los sonidos de exterior de campo con pajaritos trinando por todo el espacio es increíble.
Un punto a observar, que personalmente me ha molestado es la visibilidad sumamente expuesta del operador de sonido (colocado casi en el proscenio del espacio escénico), que con su monitor y tableros opera la banda en vivo que reproduce a lo largo de la obra. El brillo de la pantalla distrae y tiene un tablero con botones luminosos que ante tan minimalista poética, ensucia la visión del espacio vacío. Pero esto corresponde cuidar al director, y no a este preciso operador.
El espacio vacío se agradece, (antes que tener elementos inutilizables) y es utilizado a lo largo y ancho de todo el espacio del que dispone esta sala, generando tensiones espaciales más que atractivas y dinámicas por el raudo movimiento de los actores.
La iluminación es correcta, manipulada por los actores en la mayor parte de los momentos, aunque la utilización de unas pequeñas linternas led frías alejan completamente del diseño cálido de las luces en todo el espectáculo y uno no puede dejar de verlas cuando están cerca de los espectadores. Cuando se encuentran tapadas o apuntando hacia el fondo del escenario el efecto no molesta. El problema es cuando están en proscenio y las muestran sin obturarlas.
El vestuario es correcto, hombres con polleras ha dejado de ser innovador hace bastantes años, pero respeta la paleta de colores cálida (terrosa/amarillenta). Los calzados a la usanza "masculina" con la intención de mostrar la dualidad de género en los personajes se resuelven con borcegos y cumplen su función.
Lo peor sin dudas de la obra queda en este rubro, la utilización de RODILLERAS en los actores.
Francamente lo considero una falta de respeto a la profesión de actor la utilización de rodilleras o elementos que protejan el cuerpo del actor. Y ni siquiera se encuentran disimuladas (color piel, o intervenidas de alguna manera) son negras y gigantes. Cada vez que las polleras se levantan (muchas veces) o con el propio movimiento de saltos y acrobacias las rodilleras quedan altamente expuestas. Atentan contra la poética del vestuario, la destreza de los actores, la visión de los personajes, todo.
La calidad física y vocal de los actores es increíble. Pocas veces vista y un placer el observar la precisión, coreografía, secuencias de movimientos y acciones y armado/desarmado de todos los espacios. Coordinación grupal y responsabilidad individual en cada uno de los desplazamientos a lo largo de todo el espectáculo.
Corren, saltan, rolan, se manipulan, se echan, asesinan, mueren y se transforman. aplausos de pie por esto.
El texto tiene serios problemas, con vueltas de poesía e imágenes hace muy complicado el seguir el hilo de la historia, y a no ser de procurar sinopsis por internet, leer el programa de la obra o críticas en diarios y/o revistas, es casi imposible ser cautivado por la narrativa de la palabra.
Sin embargo este es un problema muy frecuente en los directores que escriben sus obras, no es la primera ni será la última.
La dirección de actores la podría dividir en dos flancos.
Por un lado el diseño de una partitura de acciones y una coreografía de movimientos y acciones que construyen toda la obra a la perfección y con una precisión pocas veces vista en el teatro, y se agradece.
Por otro lado, el nivel de potencia en el que se encuentran en toda la obra satura. Se encuentran en un nivel altísimo toda la obra, de punta a punta. Esto sumada a la complicación del texto y de poder seguir la historia textualmente hace que mediada la obra, la atención se disperse en cuanto a lo narrativo y quede solo la atención en el plano dinámico de los desplazamientos y maravillada por la calidad de los actores, que deberían desde la dirección ser detenidos para generar cambios y matices, que estos actores sin ninguna duda lo pueden hacer, porque son geniales.
En síntesis, se trata de un espectáculo recomendable para ver, de una destreza actoral formidable, un diseño de luz interesante y un sonido muy bien logrado, sin embargo con problemas en el texto, y esto no es menor.
Ficha técnico artística
Autoría: Toto Castiñeiras
Actúan: Juan Azar, Francisco Bertín, Nicolás Deppetre, Marcelo Estebecorena, Pablo Palavecino, Fred Raposo
Vestuario: Daniela Taiana
Iluminación: Valeria Junquera, Omar Possemato
Realización de vestuario: Eliana DI Bussolo
Música original: Javier Estrin
Diseño: Leandro Chiappa
Fotografía: Lucas Schlott
Asistencia técnica: Enzo Bonardi
Asistencia de dirección: Maqui Figueroa
Prensa: Debora Lachter
Producción ejecutiva: Valeria Casielles, Karmen López Franco
Coreografía: Valeria Narvaez
Dirección: Toto Castiñeiras
Web: http://www.alternativateatral.com/obra42663-gurisa
Un espectáculo organizado, pulcro y con un gran despliegue actoral.
El director que rige el espectáculo se adjudicó el premio "Trinidad Guevara" a Mejor Dirección por esta pieza. Y es valedero.
También ha ganado este espectáculo "Mejor Banda de Sonido" y "Diseño de Iluminación".
Un punto a observar, que personalmente me ha molestado es la visibilidad sumamente expuesta del operador de sonido (colocado casi en el proscenio del espacio escénico), que con su monitor y tableros opera la banda en vivo que reproduce a lo largo de la obra. El brillo de la pantalla distrae y tiene un tablero con botones luminosos que ante tan minimalista poética, ensucia la visión del espacio vacío. Pero esto corresponde cuidar al director, y no a este preciso operador.
El espacio vacío se agradece, (antes que tener elementos inutilizables) y es utilizado a lo largo y ancho de todo el espacio del que dispone esta sala, generando tensiones espaciales más que atractivas y dinámicas por el raudo movimiento de los actores.
La iluminación es correcta, manipulada por los actores en la mayor parte de los momentos, aunque la utilización de unas pequeñas linternas led frías alejan completamente del diseño cálido de las luces en todo el espectáculo y uno no puede dejar de verlas cuando están cerca de los espectadores. Cuando se encuentran tapadas o apuntando hacia el fondo del escenario el efecto no molesta. El problema es cuando están en proscenio y las muestran sin obturarlas.
El vestuario es correcto, hombres con polleras ha dejado de ser innovador hace bastantes años, pero respeta la paleta de colores cálida (terrosa/amarillenta). Los calzados a la usanza "masculina" con la intención de mostrar la dualidad de género en los personajes se resuelven con borcegos y cumplen su función.
Lo peor sin dudas de la obra queda en este rubro, la utilización de RODILLERAS en los actores.
Francamente lo considero una falta de respeto a la profesión de actor la utilización de rodilleras o elementos que protejan el cuerpo del actor. Y ni siquiera se encuentran disimuladas (color piel, o intervenidas de alguna manera) son negras y gigantes. Cada vez que las polleras se levantan (muchas veces) o con el propio movimiento de saltos y acrobacias las rodilleras quedan altamente expuestas. Atentan contra la poética del vestuario, la destreza de los actores, la visión de los personajes, todo.
La calidad física y vocal de los actores es increíble. Pocas veces vista y un placer el observar la precisión, coreografía, secuencias de movimientos y acciones y armado/desarmado de todos los espacios. Coordinación grupal y responsabilidad individual en cada uno de los desplazamientos a lo largo de todo el espectáculo.
Corren, saltan, rolan, se manipulan, se echan, asesinan, mueren y se transforman. aplausos de pie por esto.
El texto tiene serios problemas, con vueltas de poesía e imágenes hace muy complicado el seguir el hilo de la historia, y a no ser de procurar sinopsis por internet, leer el programa de la obra o críticas en diarios y/o revistas, es casi imposible ser cautivado por la narrativa de la palabra.
Sin embargo este es un problema muy frecuente en los directores que escriben sus obras, no es la primera ni será la última.
La dirección de actores la podría dividir en dos flancos.
Por un lado el diseño de una partitura de acciones y una coreografía de movimientos y acciones que construyen toda la obra a la perfección y con una precisión pocas veces vista en el teatro, y se agradece.
Por otro lado, el nivel de potencia en el que se encuentran en toda la obra satura. Se encuentran en un nivel altísimo toda la obra, de punta a punta. Esto sumada a la complicación del texto y de poder seguir la historia textualmente hace que mediada la obra, la atención se disperse en cuanto a lo narrativo y quede solo la atención en el plano dinámico de los desplazamientos y maravillada por la calidad de los actores, que deberían desde la dirección ser detenidos para generar cambios y matices, que estos actores sin ninguna duda lo pueden hacer, porque son geniales.
En síntesis, se trata de un espectáculo recomendable para ver, de una destreza actoral formidable, un diseño de luz interesante y un sonido muy bien logrado, sin embargo con problemas en el texto, y esto no es menor.
Ficha técnico artística
Autoría: Toto Castiñeiras
Actúan: Juan Azar, Francisco Bertín, Nicolás Deppetre, Marcelo Estebecorena, Pablo Palavecino, Fred Raposo
Vestuario: Daniela Taiana
Iluminación: Valeria Junquera, Omar Possemato
Realización de vestuario: Eliana DI Bussolo
Música original: Javier Estrin
Diseño: Leandro Chiappa
Fotografía: Lucas Schlott
Asistencia técnica: Enzo Bonardi
Asistencia de dirección: Maqui Figueroa
Prensa: Debora Lachter
Producción ejecutiva: Valeria Casielles, Karmen López Franco
Coreografía: Valeria Narvaez
Dirección: Toto Castiñeiras
Web: http://www.alternativateatral.com/obra42663-gurisa
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